Entre la curiosidad y el morbo que produce un lugar así, terminé diciendo que sí...
Entramos a un lugar, del cual no recuerdo el nombre, pero mientras caminábamos por el pasillo que llevaba a este lugar en mi mente me imaginaba cuerpos de grandes proporciones en el área del pecho y caderas... Dije que demás que veríamos una mujer que se pareciera a una actriz porno...
Al dar la vuelta a la izquierda para entrar al local mis ojos se abrieron sorprendidos al ver que... lo más grande que tenían estas féminas eran sus vientres...
Fue el café más amargo que he tomado.
Daniel Muñoz, 2010