lunes, 28 de febrero de 2011

La curiosidad mató al gato, lección aprendida.

La semana pasada, a un compañero de trabajo y a mí nos mandaron a hacer un trámite cerca de la hora de almuerzo. Después de haberlo echo, a el se le ocurrió la genial idea de visitar uno de los tan populares cafés con piernas del centro del gran Santiago.
Entre la curiosidad y el morbo que produce un lugar así, terminé diciendo que sí...
Entramos a un lugar, del cual no recuerdo el nombre, pero mientras caminábamos por el pasillo que llevaba a este lugar en mi mente me imaginaba cuerpos de grandes proporciones en el área del pecho y caderas... Dije que demás que veríamos una mujer que se pareciera a una actriz porno...

Al dar la vuelta a la izquierda para entrar al local mis ojos se abrieron sorprendidos al ver que... lo más grande que tenían estas féminas eran sus vientres...

Fue el café más amargo que he tomado.

Daniel Muñoz, 2010

1 comentario:

Andrea dijo...

No lo dejes... por favor! :)